Clid The Snail – Análisis

Cuando hay estudios independientes que quieren probar suerte en el género de los juegos shooter doble stick , siempre genera un poco de alegría dentro del corazón. Sobre todo porque es un género que en definitiva es sencillo de desarrollar, las mecánicas básicas son lineales e incluso con medios modestos puede conseguirse un resultado capaz de entretener por una buenas cantidad de horas. Sin embargo, cuando el mundo de los videojuegos avanza a un ritmo tan loco, es bueno considerar lo que ofrece el mercado y el nivel de calidad al que han llegado, sobre todo, por ejemplo, cuando existe en Microsoft títulos como The Ascent, que se distribuyen en suscripciones con un costo ínfimo. 

Los desarrolladores de Weird Beluga en esta primera experiencia, sin embargo, se presentan con una visión bastante clara del producto y generando al público algo diferente a lo habitual, un juego que deja a un lado los ritmos a veces exagerados del género para volver a la cadencia. Algo más lento y razonado, compuesto de escenarios inspirados, pero también de láseres y personajes tan curiosos como interesantes. 

Clid es un caracol y nuestro protagonista en esta historia, como se puede adivinar fácilmente por el título para ser honesto. Un personaje al que no le gusta especialmente la vida cómoda y pacífica de sus compañeros, por lo que pronto es enviado al exilio por sus acciones revolucionarias. Afortunadamente, Weird Beluga le proporciono a Clid dos piernas y al hacer antropomórficas a todas las criaturas de este mundo imaginario. El resultado es algo único, como se dice en las palabras de apertura, con una historia y una trama estimulantes que, sin duda, presenta un escenario único. El universo en el que nos encontramos es fascinante, bien pensado y lleno de detalles capaces de contar un subtexto único, mostrando al jugador elementos ajenos al mundo de los caracoles y devolviendo rápidamente la visión general de nuestros problemas a otra dimensión. 

Un fósforo clavado en el suelo para ser utilizado como antorcha o un mechero colocado como obstáculo insuperable son solo dos pequeños ejemplos, pero que nos hacen comprender el alcance de nuestras acciones, inmensas en el mundo de Clid, pero insignificantes cuando se evalúan con el peso de nuestro tamaño. 

En definitiva, como todos los héroes que se pretenden, nos encontraremos teniendo que luchar contra una amenaza gigantesca. Una capaz de poner de rodillas no solo a nuestros compañeros de viaje sino también a todas las demás razas que encontraremos en nuestro camino. Esta es una aventura contada con cuidado general para poder llevar al jugador al papel principal, único objetivo real de la producción, ya que a partir de aquí las cosas empiezan a ir decayendo. 

El ritmo y la evolución de los niveles están diseñados para dar tiempo al jugador para apuntar y repeler enemigos bastante peligrosos. Sobre todo pensando que son capaces de robar gran parte de la energía vital de Clid con un solo disparo o golpe. Podríamos decir que Clid the Snail es el Dark Souls de Twin Stick Shooter (abusando de un meme ahora poco original), pero lo cierto es que en más de una ocasión me encontre  recordando peleas de ensayo y error de la serie From Software. Sin embargo, esto no siempre es bueno, dado que el nivel de dificultad tiende a aumentar a menudo de repente, con secciones largas y repetitivas contra las cuales uno corre el riesgo de estrellarse brutal e inevitablemente teniendo que empezar de nuevo desde el punto de control más cercano con mucha frustración.Esto sucede debido a una jugabilidad lenta y un sistema de puntería, aunque extremadamente simple, que deja demasiado espacio para la imprecisión y el descuido, una combinación letal para un juego como este. 

Lamentablemente, al momento de esta review al juego le hacen falta algunos parches más de estabilidad. Probando su rendimiento incluso en Ps5 y Ps4 por igual el juego corre con los mismo problemas. Las ralentizaciones constanted y una visión poco clara y limpia del escenario, termina mezclando todo lo que sucede en la pantalla. Los láseres violetas chocan con los colores oscuros que envuelven a Clid en su aventura e incluso los demás efectos no son precisamente dignos de mención para un resultado final que muestra el nivel de inexperiencia y las pocas fortalezas del equipo en cuestión. 

El arma principal de Clid puede disparar en ráfagas y está equipada con un fuego secundario con el que emite un pulso cargado, suficiente para hacer estallar a varios enemigos en una abrumadora explosión de entrañas. Aunque con el paso del tiempo y el avance de la aventura, se desbloquean otras armas como gatling y lanzallamas, todo sucede de una forma realmente demasiado lenta. Algo que, con el peso constante de buscar munición para todas las armas secundarias, empuja a la opción de no cambiar nunca de arma para no desperdiciar las pocas balas disponibles y por consecuencia dejarla inutilizables. Una lástima porque el juego propone convertirnos en una quimera, pero la preferencia termina siendo un arma con disparos infinitos para no quedarnos sin munición en los momentos más bonitos o peor aún, atascados, por los enemigos que embisten para adelante en manada. 

El alto nivel de dificultad no va bien incluso con los jefes extravagantes al final de cada nivel. Ya que la necesidad de estar pendiente del arsenal de ataques que despedazan nuestra barra de vida seguramente va a dejar a más de uno con el inminente abandono de la aventura precisamente por esa sensación de frustración ya mencionada. Clid, para estos momentos, puede sorprender con sus proyectiles mejorados capaces de crear escudos o lanzar estalactitas de hielo. Pero son mecánicas ocultas y extremadamente escasas, que nunca logran convertirse en una parte integral de la jugabilidad como me hubiese gustado. Así nos encontramos en las manos un juego básico a medida que avanzas en niveles lineales exprimiendo el cerebro para superar los puzzles del momento. La sensación constante de tener en tus manos un juego que podría hacer mucho más con poco esfuerzo extra pero que nunca logra despegar a pesar de las buenas ideas puestas ante nosotros.  

Clid the Snail es un título que me hubiese encantado haber. Los personajes conquistan al igual que la ambientación y el mundo del juego. Hay un universo narrativo fantástico con muchas fortalezas, arrastrado al abismo, sin embargo, por decisiones de diseño encaminadas a evitar en todos los sentidos que se genere diversión. El balance de daños de las armas, el sistema de puntería y también el rendimiento son pilares que frustran las buenas ideas y la excelente banda sonora, aunque a menudo fuera de tema. El título podría resurgir en el futuro mediante algún parche importante, pero, por el momento, no puedo recomendarlo. 

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