Hot Wheels Unleashed – Análisis

Estoy manejando un Hot Wheels – Veloci-racer hacia una rampa naranja cuando un Hot Wheels – Motosaurus choca contra mí y hace que mi  DualSense haga un sonido metálico y luego choco contra un T-Rex que cerró sus mandíbulas. Vuelvo a la pista y de repente estoy detrás de un camión de papas fritas que transporta una hamburguesa gigante y un conductor de un carrito de helados. Son estos momentos los que hacen de Hot Wheels Unleashed un recordatorio de lo ridículos que pueden ser los videojuegos y del potencial que tiene este último racing game de Milestone Srl y, que lamentablemente, no llega a un gran resultado. 

Este último videojuego de Hot Wheels es un racing arcade en tercera persona con la premisa prometedora de permitir que los jugadores vivan algunos de sus sueños de la infancia conduciendo por pistas extremadamente elaboradas que la mayoría de los niños no pueden pagar. Las carreras aquí son copia sublime de los arcades más comunes: los autos pueden rebotar en las paredes sin disminuir tanto la velocidad, el corned a la deriva produce más impulso y embestir a los oponentes sin penalización es solo una parte de la carrera. Incluso hay algunas secciones al estilo de Mario Kart 7 que usan imanes para lograr una conducción vertical e incluso al revés. 

La acción también es siempre desde una escala en miniatura, ya que las pistas están construidas con decoraciones que van desde un sótano personalizable, un rascacielos y un garaje con luces de neón. Es un concepto divertido para un juego y, como resultado, termina brindando algunos momentos geniales de vez en cuando, como pasar por delante de una máquina recreativa en el fondo o terminar un nivel al caer de un edificio de 50 pisos. 

Pero el problema principal con Unleashed es que las carreras nunca se aceleran más allá de ser útiles. Si bien hay áreas de impulso sobre las que conducir para aumentar la velocidad, bucles para dar la vuelta y algunos reflejos geniales que le dan al juego un aspecto estelar, la conducción real nunca termina siendo tan memorable. Las pistas pueden tener algunos momentos interesantes, pero tienen la costumbre de ser demasiado largos y las secciones se reutilizan hasta el punto en que la novedad desaparece.  

El atractivo aquí es, claramente, la licencia de Hot Wheels y eso termina siendo la mayor fortaleza del juego y está en plena exhibición en su sólida línea de autos desde el principio del título. Mis favoritos son los autos con licencia que incluyen el Batmóvil o la máquina del volver al futuro, pero también hay algunos autos de la vida real que recibieron modelos de fundición y una selección de los diseños personalizados más icónicos de Mattel, como Skull Crusher y Boneshaker, que están allí, también. Todos se ven geniales y agregan mucha variedad visual a las carreras. Cada vehículo tiene estadísticas diferentes que se pueden actualizar con la moneda del juego hasta llegar al nivel de legendario. Algunos se desbloquean a través del modo historia del juego, pero la mayoría deben comprarse en la tienda (que vende cinco autos por un tiempo limitado antes de actualizar) o en loot boxes. Si bien es divertido recolectar los muchos vehículos del juego, no se manejan de manera tan diferente entre sí, por lo que es probable que los jugadores encuentren un favorito desde el principio y se queden con él en lugar de cambiar de auto según el curso o el tipo de carrera. 

El desbloqueo de diferentes diseños de cursos para las seis áreas del juego se realiza a través del modo carrera llamado Hot Wheels City Rumble. Los eventos se extienden por todo el paisaje urbano, pero principalmente son carreras estándar y contrarreloj. Esta monotonía hace que el proceso de desbloquear más coches y piezas de construcción de pistas sea un fastidio. Aunque cada evento está en una pista diferente, todas esas pistas están hechas con las mismas piezas, por lo que comienza a volverse demasiado repetitivo con bastante rapidez. Si hubiera eventos como desafíos a la deriva, carreras eliminatorias y otros tipos no estándar, entonces sería un modo mucho más valioso que una rutina necesaria para desbloquear más cosas en un juego que rápidamente cae en la monotonía. 

Por otro lado, Hot Wheels Unleashed  incluye un editor de pistas en profundidad que transmite con precisión parte de la diversión de la vida real de armar pistas. Sin embargo, también es el tipo de mirada detrás de escena que revela la razón por la que todas las pistas se sienten un poco similares, ya que estás compitiendo en las mismas secciones, simplemente juntas en diferentes órdenes. Esto le da al jugador un vistazo detrás del escenario y detrás de ese escenario hay muchas de esas mismas piezas de pista naranja. 

Si bien hay algunas inclusiones ordenadas aquí, como un nivel con un volcán como línea de meta y arañas que disparan telarañas que ralentizan los autos, Unleashed nunca aprovecha sus licencias y la libertad que conlleva ser un videojuego. Hay sets de Hot Wheels de la vida real que tienen muchas más ideas creativas que realmente podrían cumplir su potencial, y este título se convierte en una oportunidad perdida por una simple falta de ambición. En lugar de dejar que los jugadores vivan sus fantasías más locas de Hot Wheels, este juego, al contrario de su título, está muy atado. 

De esta manera Hot Wheels Unleashed es un racing tipo arcade decente. Con una gran nostalgia que desaparece después de algunas carreras. Desbloquear un auto temático, como el Party Wagon de Teenage Mutant Ninja Turtles , brinda un alivio temporal del juego monótono, pero al igual que cualquier forma de nostalgia, la diversión efímera de rememorar eventualmente se convierte en tristeza si no hay sustancia que la respalde.