NBA 2K20 – Análisis

Uno de los simuladores deportivo más esperados cada año ha hecho ya su aparición este septiembre para que nos sintamos otra temporada más como una estrella de la NBA y machaquemos el aro con más realismo si cabe.

Estamos a final de la generación de consolas, de hecho apostaría bastante alto a que este va a ser el último NBA 2K en salir en exclusiva para las consolas PS4 y Xbox One, y el año que viene tendremos versión también para las nuevas consolas. Esto quiere decir que cada vez cuesta más ofrecer al jugador alicientes lo bastante jugosos como para invertir anualmente en tu franquicia, y aquí vamos a intentar desgranar lo que ofrece de nuevo, lo que funciona y lo que no en la edición número 21 del mejor simulador de basket del mercado.

Para ir al grano tengo que decir que sí y rotundamente sí el juego experimenta una mejora en su gameplay, y no es un copia pega del año anterior. Lo que ocurre con estos simuladores tan profundos es que la mejora no está en la superficie, y tenemos que empezar a jugar para ver las implementaciones más interesantes. La que más ha llamado mi atención es la física del balón en lo que concierne a los rebotes. Ahora no vamos a barrer debajo del aro con Anthony Davis o Demarcus Cousins simplemente por tener más cuerpo que el rival, si no que vamos a tener que bregar y ganarnos la posición. Y tras ganar el rebote hay que verlo muy claro para levantar el balón e intentar encestar. En definitiva se siente más baloncesto, trasladando la guerra que se produce debajo del aro en cada jugada a nuestro sofá.

Otras cosas que han cambiado son el robo de los balones, que premia mucho más el timing y  que castiga con menos faltas, y el cansancio de los jugadores. 2K no quiere que nos tiremos todo el partido con el R2 o Rt pulsado, quiere que dosifiquemos el esfuerzo de nuestros jugadores. Si estamos esprintando todo el rato mientras defendemos, puede que si robamos el balón y salimos al contraataque a nuestro jugador ya no le queden fuerzas para llegar al aro contrario a toda velocidad. Esto creo que es un acierto que va a obligar a los jugadores a plantear los partidos de forma más estratégica e inevitablemente baja el ritmo. Va a ser más complicado ver ese tipo de partidos correcalles que hacían al juego alejarse de un partido real de la liga. Para ciertos jugadores estas mejoras pueden parecer nimias o insuficientes, y están en su derecho. Sin embargo, para aquel que echa gran parte de sus horas de ocio al año con este juego, creo que las valorará en su medida, y me atrevo a decir que se van a quedar como base de las futuras entregas de la franquicia. El camino en el gameplay es el correcto mi opinión.

En cuanto a la inmersión que produce el juego en todos los detalles del preshow, las entrevistas a pie de pista, los jugadores, equipaciones, descansos, tiempos muertos, repeticiones… NBA 2K sigue un paso por delante del resto de simuladores deportivos. Además este año han arriesgado muy bien con la incorporación de la liga femenina (WNBA). Era una petición a voces, pero es cierto que el riesgo estaba ahí y 2K ha salido más que airoso. Lo más impresionante es lo diferente se siente el juego de las mujeres con respecto al de los hombres; Visual Concepts ha invertido un esfuerzo significativo en crear un conjunto nuevo de animaciones para la WNBA, y aunque la liga no tiene la presencia en todos los modos de juego que se merecería, el nivel que se ha conseguido con el trabajo de tan solo un año y la gran acogida del público nos hace tener esperanzas para un futuro cercano.

Los modos de juego son la otra cara de NBA 2K20, la no tan buena, y esa que muchos se empeñan en destacar como la única. Aquí las novedades vienen con cuentagotas. Seguimos teniendo como los cuatro grandes pilares la historia de Mi Jugador, El Barrio, Mi Equipo y Mi Liga. Mi jugador sigue evolucionando y nos ofrece una creación del personaje más intuitiva a la hora de crear ese tipo de jugador que nos gusta: el base rápido y certero, el pivot dominante, el alero anotador… Con menos pasos en la creación vamos a poder modelar la base de nuestro estilo de juego. Una vez le demos la forma física a nuestro gusto, la narrativa de esta edición se posiciona como la más madura hasta la fecha. Con cameos famosos como Idris Elba o Rosario Dawson, a los cuales se podía haber aprovechado algo más, la historia sigue siendo la de un chico que tiene que luchar contra los elementos para superarse y llegar a lo más alto de la liga, pero se ha dado un paso adelante en la producción, a cargo de SpringHill Entertainment. La toma de decisiones sigue siendo casi nula, estando abocados a un final para luego continuar desarrollando a nuestro jugador en El Barrio camino de ese anhelado 99. A pesar de que la WNBA está introducida en el juego, todavía no se puede crear un Mi Jugador femenino, algo que era más complicado de introducir pero que debería plantearse como algo imprescindible en la próxima edición.

El segundo modo estrella, y el que siempre trae más polémica, es Mi Equipo. Consiste en la creación de un equipo de ensueño con jugadores clásicos y actuales que se manifiestan en forma de cartas y, más comúnmente de los que nos gustaría, de micropagos. La mayor novedad en este modo viene con las cartas de evolución, que son un tipo de cartas especiales que permiten que se las evoluciones cumpliendo una serie de objetivos. Cada carta tendrá un techo de evolución (zafiro, diamante, ópalo galaxia…) pero, a pesar de ello, es una de las implementaciones que más me han gustado en el modo de los últimos años. Todo lo que sea añadir roleo a las cartas sin posibilidad de pagar por ello, con juego puro, es una buena noticia para los jugadores de Mi Equipo. Con el resto de problemas que arrastra este modo a lo largo de los años, nos queda esperar que 2K haga bien su trabajo y no “rompa” el juego en unos meses sacando cartas de jugadores muy superiores al resto e imposibles de hacer frente. Se mantienen los juegos de dominación, en el que hay que ganar a cada uno de los equipos de la NBA, el triple amenaza tanto online como offline, y los desafíos semanales y de momentos online y offline, la principal fuente de ingresos de moneda MT para todos los jugadores. Aunque las recompensas siguen siendo ridículas para el coste que tiene un sobre o un jugador en la casa de subastas, 2K parece tener la intención de hacer este modo de juego más justo para todos, aunque ciertas decisiones nos hagan dudar a menudo de ello. Los contratos de los jugadores continúan igual, y hasta que no lo eliminen este modo tiene caducidad para la mayoría de jugadores que no quieren pasar por el aro de los micropagos o echar una cantidad imposible de horas.

Las novedades en el modo Mi Liga pasan por la llegada de Mi GM 2.0. El General Manager de 2k nos ha acompañado desde 2014, año en el que fue la principal novedad, y esta edición han querido darle un lavado de cara. Han querido que Mi GM no sea sólo Mi Liga con conversaciones y para ello le han dado un nuevo diseño e introducido puntos de acción, árbol de habilidades, patrocinios, un nuevo sistema de tareas, etc. Todo va en la dirección de encorsetar menos el modo de juego y que se sienta más libre. A mí el árbol de habilidades me ha gustado, comenzando por elegir un estilo general que luego puedes desarrollar en distintas ramas como perspicacia, liderazgo, diplomacia, instalaciones y finanzas. El árbol además se puede reiniciar una vez al mes y distribuir tus puntos de otra forma para probar nuevos estilos.

Gráficamente el juego también da pasitos hacia adelante, con mejoras en la iluminación de los pabellones y cómo esta se refleja en los jugadores y su sudor. Era difícil que esta edición nos sorprendiera en este aspecto, ya que ha alcanzado un gran nivel durante esta generación y le queda poco que exprimir de las consolas. El sonido no ha sufrido ninguna modificación, con unos excelentes comentarios en inglés, con los que parece que estamos viendo el partido en directo por la TV, y unos comentarios en español a cargo otra vez de Antoni Daimiel, Jorge Quiroga y Sixto Miguel Serrano que suenan un poco estancados y no sufren tampoco modificación.

En conclusión, NBA 2K20 es una edición que sí que aporta a la franquicia mejoras de gameplay y lo hace, si cabe, un simulador más profundo de la mejor liga de baloncesto del mundo. Los modos de juego han sufrido leves modificaciones que pueden no ser suficientes para muchos jugadores, y en el tema de los micropagos se dan cada año pequeños pasos que no llegan a arreglar el gran problema de la sensación de pay-to-win en ciertos aspectos del juego.