
El año 2007 fue un año muy importante en el sector de los videojuegos. En los años anteriores los lanzamientos de Xbox 360 y Wii dieron pistoletazo de salida a la generación y este año 2007 Sony lanzó Playstation 3. A lo largo de ese año también vieron la luz juegos como Mass Effect, God of War 2, Uncharted o Super Mario Galaxy, casi nada. Pero entre todos ellos, ese año descubrimos un juego que era completamente impensable durante la década de los 90, los que recordamos la Guerra de las consolas nunca imaginamos que veríamos algo así. Estamos hablando de Mario y Sonic en los Juegos Olimpicos de Pekín 2008. Con este juego Nintendo y Sega juntaban a sus 2 estandartes y supuso un punto de inflexión en las colaboraciones entre compañías.
Este mismo año, Nintendo volvía a sorprendernos cerrando una colaboración que volvía a sorprender a todo el mundo, 2 juegos que resultaron un gran éxito en Xbox One como Cuphead y Ori and the blind Forest aterrizarían desde la consola de Microsoft a la híbrida de Nintendo.
Cuphead aterrizó en Abril y desde el 27 de Septiembre los poseedores de una Nintendo Switch ya pueden encontrar este Ori and the blind forest. El juego que nos llega es la versión definitiva del original que llegó a Xbox One y a PC hace ya 4 años.
Si me dijesen que definiese este juego en 3 palabras, la mejor definición que se me ocurre es obra de arte. Este Ori llega al sobresaliente prácticamente en todas sus facetas, y en alguna de ellas incluso se acerca a la matrícula de honor, y además lo hace de principio a fin, con una introducción magnífica, tanto en lo visual, como en lo sonoro, que ya nos da un aviso de lo que nos, vamos a encontrar en el juego; y una parte final absolutamente brillante que remata de manera más que acertada nuestra aventura por este cautivador bosque.
La historia es de sobra conocida, ya que como hemos dicho se trata de una versión de un juego de hace 4 años, en la introducción a la que hacía referencia anteriormente Naru, una criatura que habita en el bosque de Nivel encuentra y adopta a Ori viviendo los 2 juntos. Un día un terrible cataclismo cayó sobre el bosque destruyendo la mayor parte de la vida que había en él. Naru muere dejando sólo a Ori. Ori desfallece junto al árbol del espíritu y es ahí donde nos encuentra Sein, la luz del del árbol de espíritu que es quien gobernaba y daba vida al bosque. Juntos emprenden una aventura a lo largo del bosque con intención de recuperar los elementos de luz que daban fuerza al árbol, y con ello vida al bosque de Nibel.
Así contada puede parecer una historia más dentro de todas las que nos encontramos cada semana en cualquiera de los lanzamientos que tenemos, pero tanto como nos es contada, como su desarrollo y su desenlace la hace especial y muy inspiradora, emocionándonos en algunos momentos.
Junto con la historia el apartado artístico también singular, dan a Ori and the blind forest un toque diferenciador que le hace especial. Dicho apartado artístico y el gráfico, que por cierto le viene como anillo al dedo al estilo a Switch, recrean el bosque de manera preciosa, con un bosque con hasta 3 planos de profundidad, que nos sorprende cuando mientras jugamos fijándonos en el plano en que vemos a Ori, de repente aparece en primer plano un enemigo acechándonos con el que unos pasos más adelante nos encontramos. El bosque cuenta con varias zonas todas ellas muy representativas y muy bien recreadas, ya sean las profundidades del bosque, el tronco de un árbol o las profundidades de una charca, con el agua perfectamente recreada. Todos estos elementos y otros del bosque lucen genial, y difícilmente podrían ser mejorados, y además el juego que en pantalla grande funciona a 60fps, lo mismo que en portátil y con una resolución que en este modo portátil llega a los 720p superándolos cuando juguemos en el dock, dotan al juego de una tremenda fluidez y redondean una experiencia jugable que desde luego es recomendable en todos los casos, y más sin duda para los que no lo disfrutaron en Xbox One o PC.
Pero Ori and the blind forest, no es únicamente una magnifica historia contada con un apartado técnico muy bonito. Por si esto no fuera suficiente, la jugabilidad también raya a un gran nivel. Ori, a quien manejamos, combina a partes iguales aventura con plataformas. El juego, que como decíamos se desarrolla en el bosque de Nibel, se encuadra dentro del tan de moda últimamente genero denominado Metroidvania, ya que cada parte de cada una de las zonas que conforman dicho bosque tiene zonas inaccesibles la primera vez que pasamos por ellas, y a medida que avancemos, iremos desbloqueando habilidades que nos permitirán acceder a todas y cada una de las partes de este bosque.
Nada más empezar la aventura, encontramos a Sein, que aparte de guiarnos, es quien nos ayuda con los ataques, ya que cada vez que apretemos el botón de ataque el rayo que ataca a nuestros enemigos sale lanzado desde Sein, cada ataque nos va cargando una barra de habilidad, que cada vez que se completa nos aporta un punto de habilidad con el que acudimos al árbol de habilidades que tenemos, con tres ramas distintas. Aquí es donde vamos repartiendo estos puntos gestionándolos como más nos interese, adquiriendo en cada momento, las habilidades que deseemos.
Estas tres ramas tienen cada una características distintas, una se centra en potenciar los ataques, mientras que las otras dos tienen más que ver con poder ver en el mapa donde se encuentran los distintos elementos que podemos recolectar o como recolectar las recompensas que percibimos de cada enemigo vencido y la tercera rama nos proporciona algún extra en las habilidades de Ori, como poder deslizarse, aguantar más la respiracion mientras buceamos o incluso un tercer salto en el aire, entre otras.
Además de cargarnos esta barra de habilidad, de color naranja, determinados enemigos o elementos del bosque sueltan unas estelas de color verde o azul, las verdes nos van recargando los fragmentos de vida, que a medida que los encontremos por el bosque, van aumentando otorgando más vida a Ori. Las estelas azules cargan las células de energía cuando tengamos al menos una cargada por completo, podemos crear un vínculo de alma y con él crear un punto de guardado. Esto es algo peculiar de Ori, aparte de puntos de guardado estándar repartidos por el bosque, generalmente uno por cada zona del mismo, también podemos nosotros cuando estimemos oportuno crear nuestros propios puntos de guardado, aunque debemos tener en cuenta que algunos ataques especiales necesitan de estas células de energía, e incluso varias puertas a lo largo del juego para ser abiertas necesitan de estas células, así que es necesario pensar bien en que momento crear los vínculos de alma, porque recargar las células a veces puede costarnos un tiempo, y nos podemos ver buscando enemigos únicamente con el objetivo de obtener energía.
Los enemigos, aunque tenemos varios tipos de ellos, cada uno con su ataque, y muy efectivos a la hora de atacarnos, tal vez sean uno de los pocos puntos débiles del juego, ya que se repiten con excesiva frecuencia.
Las habilidades de Ori a las que hacíamos referencia anteriormente, tienen unas mecánicas muy bien insertadas, y conforman una jugabilidad realmente destacable, los saltos y doble saltos se realizan de forma muy precisa, indispensable para superar determinadas zonas muy plataformeras con una dificultad más que bien ajustada. También cuando Ori aprende a nadar y a bucear, y todo el resto de habilidades que aprendemos mientras avanzamos por el bosque son fáciles de utilizar y muy eficaces en su resolución. El control de Ori es fácil e intuitivo, permitiéndonos centrarnos exclusivamente en ejecutar de manera milimétrica cada uno de los saltos y ataques del juego, ya que cada fallo nos penaliza.
Referente a la dificultad, disponemos de 4 modos de dificultad, y en algunos momentos esta supone un bonito reto. Una buena decisión en este sentido es que tras cada reinicio después de una muerte, perdemos las células que hayamos encontrado, así como todas las llaves que cogemos para aEn brir las puertas que nos impiden seguir avanzando por Nibel. Dependiendo de la manera en la que enfoquemos este Ori and the blind forest, la duración variará, pero si no jugamos excesivamente rápido estará en torno a las 10 horas aproximadamente.
La música que nos acompaña durante la aventura nos imbuye en el espíritu de la aventura, acompañándonos durante toda ella, y en momentos puntuales, como durante todo el prólogo resulta mágnifica y con el resto de elementos del juego formando un conjunto en ocasiones expectacular.
En definitiva, Ori and the blind forest Definitive Edition llega a Nintendo Switch mostrando la calidad de la que ya hizo gala hace años en PC y Xbox One. Además con su secuela a medio año de volver a sorprendernos ha ayudado a que esta versión en palabras de los desarrolladores sea la que mejor luce, que se han ayudado de esta futura secuela para introducir mejoras en el título que llega a Switch. Además la portabilidad de la consola de Nintendo le viene ni que pintada al título, muy disfrutable en portátil y que se ve en este modo de manera genial. En resumen esta nueva colaboración de Microsoft y Nintendo se salda con un sobresaliente y nos deja a la espera de conocer nuevas colaboraciones, ya que tras Cuphead y Ori el listón va a ser complicado de superar. Para rematar el conjunto, en un final de año repleto de grandes juegos en todas las plataformas, el precio de lanzamiento, apenas llega a los 20€, hacen de Ori una compra obligada para todos aquellos que no lo disfrutaron en el momento de su lanzamiento en Xbox One o PC.
- 0 Comment
- Analisis, Nintendo Switch, Noticias
- 1 de octubre de 2019
- FASCINANTETotal Score
+ Una historia preciosa, muy bien contada
+ El juego luce magnifico, tanto en pantalla grande como en modo portátil
+ La jugabilidad roza la perfección
- Tras 4 años de su lanzamiento, no incluye nada que no hayamos visto ya en otras versiones
- Los enemigos terminan repitiéndose constantemente