
Desde que salió al mercado Nintendo Switch en 2016 se especulaba cómo se iban a adaptar sus grandes franquicias a este modelo híbrido único en el mercado. Y entre estas grandes franquicias la que más dudas ha despertado siempre ha sido Pokémon, ya que los juegos de Game Freak siempre habían ido de la mano de la palabra portátil. Este mes por fin hemos podido aclarar nuestras dudas jugando a la octava generación de Pokémon, llamada Espada y Escudo, la primera jugable en una consola de sobremesa y también su estreno en las tres dimensiones.
Este cambio era algo que el equipo de Game Freak no podía aplazar más. Con todas las franquicias dando el salto hacia los mundos abiertos y la jugabilidad emergente, los jugadores salivábamos ante un mundo Pokémon en el que pudiéramos sentir esa libertad de correr nuestra propia aventura y crearnos situaciones únicas. ¿Lo han conseguido? Yo no diría que han llegado a ese punto, pero han dado pasos hacia adelante. Vamos a analizar todo lo que nos ofrece Pokémon Espada y Escudo.
Una historia familiar
Conforme la industria del videojuego se va haciendo más madura, y los niños que la vieron crecer con ella, nuestras exigencias aumentan en consonancia. Las premisas argumentales que antes nos servían como motor para entretenernos hoy en día, y vistas en perspectiva, nos parecen escasas. De esto no se si echarle la culpa a Pokémon o al paso de nuestros años, porque ellos siguen haciendo lo mismo y para el mismo público, igual somos nosotros que nos empeñamos en buscar en ciertas franquicias algo que no les corresponde.
La historia de este nuevo juego nos va a sonar a lo de siempre. Somos un niño de la región de Galar que, junto a su vecino y mejor amigo Paul, emprenderá el camino para convertirse en entrenador Pokémon y poder llegar a ser el campeón. Comenzaremos el día mismo que partimos hacia ese viaje ante la pasividad de nuestra madre, cosa que siempre me ha sorprendido de los juegos de Pokémon si me permitís la acotación, y nos darán a elegir nuestra mascota inicial entre tres de distinto tipo. Clásico. Canónico. Nada de nuevo salvo que en estas ediciones el grupo maléfico al que nos enfrentamos se llama Team Yell y tienen un cierto giro en su procedencia y sus objetivos no se había visto. Por lo demás iremos encadenando medallas de gimnasios hasta poder competir para ser el campeón.
El personaje de Lionel, campeón actual y hermano de nuestro rival Paul, va a ser nuestro máximo referente y el que nos de a elegir entre los tres primeros pokémon que conocemos de la región de Galar: Grookey, Scorbunny y Sobble. Tres iniciales muy entrañables que anticipan una de las mejores cosas que nos deja esta edición, y es el diseño de las mascotas de esta generación. El tiempo lo dirá, pero creo que estamos ante una de las mejores generaciones de Pokémon desde hace tiempo. Tanto los diseños iniciales como sus evoluciones van a ser sorpresas muy gratas para la mayoría de jugadores. En este sentido recomiendo no adelantarse y buscar por internet, para que cuando alcancemos el nivel requerido ese Pokémon que tanto nos gusta evoluciones ante nuestros ojos y se convierta en algo inesperado. Esa es la magia de esta franquicia.
Un pequeño avance sin correr riesgos
Tras lo que nos puede llevar una hora y media de la historia vamos a llegar a un punto clave que nos hace entender lo que ha querido aportar de novedad Game freak en este juego. Llegamos a la llamada área silvestre, una zona completamente abierta donde humanos y pokémon se pueden encontrar en plena naturaleza. Todo el mundo abierto que se han atrevido o les ha dado tiempo a hacer está aquí. Tenemos libertad de cámara, cosa que no sucede en el resto de la aventura, y avanzamos hacia lo desconocido dentro de un ecosistema con diferentes climas e infinitas posibilidades.
En el área silvestre podemos pasar todas las horas que queramos, ya que será el sitio para buscar y encontrar ese Pokémon tipo agua o tipo planta que se resiste a entrar en nuestra pokédex y del que hemos oído hablar que aparece frecuentemente por determinada zona. Pero cuidado, que el término silvestre se ha llevado a su máxima expresión porque incluso desde el principio, y por primera vez en un juego de Pokémon, podemos encontrarnos especies de nivel 40 o 50 mientras que nosotros ni siquiera hemos podido llegar al nivel 10. Va a ser imposible atrapar estos Pokémon hasta que no superemos la historia principal, decisión lógica para no romper el juego y que la historia se convierta en un paseo.
La otra gran novedad que encontramos en esta área son unas rocas luminiscentes con una luz cilíndrica proyectada hacia en cielo que nos llamarán la atención. Estas son las puertas de entrada hacia las incursiones, unos enfrentamientos cooperativos hasta de cuatro entrenadores contra Pokémon en forma Gigamax. Es necesario explicar este fenómeno Pokémon que ocurre sólo en esta región y hace que crezcan hasta tamaños gigantescos y se potencien todos sus atributos. La particularidad de este fenómeno es que sólo es válido por 3 turnos y sólo se puede realizar en incursiones y gimnasios, así que tendremos que usarlo de forma estratégica. Volviendo a las incursiones, una vez que derrotemos al rival correspondiente con nuestros compañeros, ya sean tres entrenadores reales más o manejados por la IA, tendremos la posibilidad de capturarlo. Lógicamente no siempre acabará en éxito ni tampoco te asegura que la especie capturada pueda transformarse en Gigamax. Lo que sí que es seguro es que todas podrán aprovecharse del fenómeno Dinamax, mejorable mediante caramelos que conseguiremos a través de toda la historia. Las incursiones, acaben en éxito o no, nos darán jugosas recompensas, mayores según sea la dificultad de la incursión de una a cinco estrellas.
Ahí no acaban todas las actividades del área silvestre, ya que podremos hacer pruebas contrarreloj cuando tengamos una bici, hay guardería, tienda propia, podremos comprar objetos a otros entrenadores con voltios (moneda propia del área) o acampar para jugar con nuestras mascotas y cocinar distintos platos que nos servirán para darles puntos de nivel y estrechar vínculos con ellos. ¿Nos tenemos que conformar con esto? Yo opino que no, el salto cualitativo que esperábamos en este título no se consigue con un área que, aunque integrada en el mapa, tiene el carácter de un título individual.
El Pokémon que más piensa en los jugadores
Es innegable que estamos ante el título de la saga que más fácil nos pone interactuar con otros entrenadores gracias a la llamada Conexión Y. Como su propio nombre indica, con solo pulsar el botón Y en cualquier momento de la aventura (excepto en medio de un combate) se nos desplegará una pantalla desde la que podremos combatir, realizar intercambios normales o sorpresa y compartir nuestra tarjeta de entrenador con otros usuarios entre otras cosas. También podemos ver si hay incursiones a las que unirnos.
En ese sentido de facilitarnos las cosas también va ael sistema de crianza de nuestras especies. Eso se ha hecho gracias a las mentas, que son un objeto que permiten cambiar manualmente la naturaleza de nuestros pokémon, algo nunca visto antes en la saga. Otra característica que nos ahorrará tiempo es que al debilitar a cualquier pokémon contrario los miembros de nuestro equipo, que podrán se hasta 6, ganarán todos experiencia hayan o no hayan combatido. Parece una banalidad pero mientras usas tu pokemon favorito para farmear por el área silvestre, los otros cinco pokémon de tu equipo están subiendo de nivel. Las incursiones también van a ser una fuente de caramelos con los que acelerar la subida de nivel, y eso es mucho tiempo que nos ahorramos repitiendo chorri-combates una y otra vez. Estos molestos combates que no deseamos es algo que también se ha mejorado, ya que ahora vemos a los pokémon en la naturaleza o la hierba alta, pudiendo evitarlos fácilmente cuando queramos. Toda una serie de decisiones jugables que te hacen querer avanzar y ver tu tiempo recompensado por las mejoras que obtienes.
Unos juegos que técnicamente han decepcionado
Game Freak, y por consiguiente Nintendo, no ha estado a la altura de las expectativas técnicas que había con esta saga en el salto de generación. Eso es algo palpable desde el comienzo del juego. Cargas de texturas tardías, pobrísima distancia de dibujado, modelado de escenarios poco trabajados y animaciones insuficientes. No es algo que te estropee la experiencia que propone pokémon, que en su base es muy divertida y está muy probada que funciona, pero no es propio del año 2019. No hay problemas de bugs o fallos técnicos gordos, es simplemente que no ha habido tiempo o ganas de hacer esto más parejo a lo que un Zelda o un Mario Odyssey ya nos han ofrecido.
Unido a la falta de potencia gráfica está la linealidad de la región de Galar. Caminos pasilleros y ciudades bonitas pero vacías y simples. Recuerda a los escenarios cerrados de Ni No Kuni 1, pero con un acabado más pobre. Para ir de un gimnasio a otro simplemente tendremos que seguir un camino en el que es imposible perderse o desviarse a explorar, ya que como mucho te propone un camino alternativo que se acaba a los pocos metros y te recompensa con un objeto que recoger. Un paso atrás en este diseño de escenarios, los cuales habían dejado mejor sabor de boca en otras ediciones.
Una región colorida donde nos apetece vivir
A pesar de la falta de potencia técnica, el director artístico británico James Turner ha tomado por primera vez la batuta en un juego principal de la serie, y el aire fresco ha venido bien a pokémon espada y escudo. Vemos un mundo inspirado en las islas británicas, con colores muy verdes y una arquitectura y unos personajes muy anglosajones. El estilo british le sienta bien al juego y a los pokémon, los cuales notaremos que tienen también su toque británico. Algunos parajes son alucinantes, como el bosque o la Torre campana, y nos harán pararnos a apturar la pantalla y poder recordar ese escenario una y otra vez. A la misma altura está la banda sonora, también con el toque británico pero 100% reconocible pokémon.
Un endgame algo escaso
La actividad jugable una vez que terminamos la historia no es poca, ya que sólo con completar la pokédex y mejorar a todos los pokémon que poseamos ya es suficiente. Pero lo único que tenemos es la torre de batallas, con enfrentamientos durísimos y generosas recompensas que nos harán subir un escalón como entrenadores. Nada de nuevo mapa o misiones que realizar, sólo mejorar y hacerte con todos.
El mejor pokémon que existe, pero no el mejor que podíamos imaginar
Pokémon espada y escudo nos da horas de diversión sin fin entre su historia y el área silvestre. Se han incorporado mecánicas jugables que nos facilitan la vida y hacen que no desesperemos en nuestro afán de ser el mejor entrenador posible, y por lo tanto son una entrada genial para alguien que no haya probado nunca la saga y una edición imprescindible para los amantes de ella.
Una pena que no haya estado a la altura a nivel técnico y que la historia no vaya a quedar para el recuerdo, porque la región de Galar con el toque British de James Turner era un escenario perfecto para crear una memorable historia de pokémon. Una región que se siente desaprovechada en su diseño tan lineal, pero que se ha exprimido al 100% artísticamente, al igual que la octava generación de pokémon.
Game Freak debe tomarse este juego como la base para volver (no hace falta que sea el año que viene, que se tomen su tiempo) y hacer un mundo pokémon como todos los fans esperamos, a la altura de las nuevas generaciones de videojuegos.
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- Analisis, Nintendo Switch
- 24 de noviembre de 2019
- Lo mejor
- La región de Galar y todos los nuevos pokémon
- Una jugabilidad clásica pero divertida, que no pasa de moda.
- La cantidad de mejoras en la crianza y el área silvestre - Lo peor
- Técnicamente no ha cumplido.
- La historia no es de las mejores de la saga. - DivertidoTotal Score