
“No hay nada más peligroso que un hombre que no tiene nada más que perder”. Esta frase puede resumir los actos de la angustiosa y alcohólica vida de nuestro protagonista Max. Un hombre atormentado que ha perdido a su mujer y a su hija, y que busca la redención a través de una venganza que jamás dejará en completa paz su mente. Bienvenidos a uno de los mejores juegos que nos dejó generación anterior de consolas, bienvenidos al alucinante Max Payne 3.
Allá por mayo de 2012 nos llegó a nuestras manos la nueva aventura de Max Payne, una saga que nos llegó de la mano de Remedy, y que, en esta tercera entrega daba paso a la desarrolladora y editora Rockstar Games, dejando atrás aquel universo más novelesco y oscuro de sus primeras entregas. ¿Consiguió Rockstar llevar a Max Payne 3 a la altura de la saga? Sin ninguna duda que lo hizo, y no solo lo consiguió, sino que mejoró en casi todos los aspectos a sus predecesores, que no es cosa de poco.

“El detalle de llevar el arma en una mano para poder disparar con la otra mano es fascinante”
Pongámonos en situación. Muchos ansiábamos una continuación de la saga Max Payne tras muchos años de parón cuando por fin se anunció que Rockstar cogía las riendas de la saga para sacar una nueva y poderosa entrega, pero fuimos sorprendidos cuando vimos aquel primer tráiler de un Max, muy descuidado físicamente hablando, con síntomas de sobrepeso, calvo y con una ambientación que poco o nada tenía que ver con lo visto anteriormente, pues se alejaba bastante a lo que habíamos podido jugar en las primeras entregas, donde esa ambientación oscura y llena de narrativa al más puro estilo novelesco había desaparecido por completo en esta tercera entrega. Aunque finalmente no era del todo así. Tal fue la crítica, que Rockstar se vio obligado a sacar un nuevo trailer mostrando más aspectos del juego y no solo a un Max Payne descuidado al más puro estilo Bruce Willis en Jungla de Cristal.

“Max Payne cambia de look, pero sigue siendo Max”
“Da igual morir bajo el sol, que sobre la nieve”
Rockstar había vuelto a llevar al personaje Max Payne más al límite aún de lo que ya estaba, una persona que no capaz de salir del alcohol ni de los antidepresivos por mucho que se lo propusiera. Así es Max, un hombre con poco que perder. Un hombre reflexivo, que intenta justificar en todo momento cada situación en la que se encuentra, cada analgésico que cogemos para recuperar parte de la salud en el juego, como si tuviera que explicarnos a nosotros como jugadores por qué hace lo que hace, con expresiones como “los muertos no los necesitan” y esa sensación al tomar un analgésico y el efecto que provoca en la imagen distorsionada como si de una borrachera nuestra se tratara. Es simplemente fascinante.

“En el juego nos encontraremos situaciones curiosas, cuanto menos, donde Max tirará de ironía”
Max Payne tiene que abandonar la ciudad de Nueva York debido a un altercado que se produce y por el que queda perseguido y en el punto de mira, y se ve obligado a cambiar de aires. Max intenta empezar una nueva vida, lejos del alcohol en Sao Paulo, donde le ofrecen un trabajo como guardaespaldas para proteger a una familia pudiente y bien posicionada llamada los Branco, la cual desprecia por la forma de vida que llevan a sus espaldas, fiestas, yates de lujo, droga, alcohol, y un sinfín de despreciables bienes materiales. La familia con gran fama está en el punto de mira de las bandas locales y mafias de Sao Paulo, y pronto se ve envuelta en un gran problema, el secuestro de Fabiana, una de las hijas del gran jefe de la familia Branco.
A partir de aquí, el bueno de Max intentará por todos los medios rescatar a la muchacha por sentirse culpable de no haber hecho correctamente su trabajo, es decir, protegerla, y deberá averiguar quién está detrás de este suceso y demás conspiraciones y traiciones que nos encontraremos durante la aventura. Una historia que se cuenta de manera excepcional y que nos lleva a través de pequeños flashbacks al pasado para hilar la historia de Max en Nueva York y su llegada a Brasil, llena de traiciones e intrigas.

“Tendremos que aprender a manejar el tiempo bala correctamente, nos sacará de más de un apuro”
“Decidí que quería morir sobrio… no borracho…. Así vería a quién me disparara”
Max Payne 3 es un juego muy lineal, pasillero y lleno de acción, una acción que no cesa en ningún momento nada más que para ver alguna cinemática y ponernos en contexto para la siguiente zona, y de nuevo otro tiroteo, cada tiroteo es más intenso incluso que el anterior. La forma de narrarnos las cinemáticas de la historia recoge pequeños guiños de sus obras anteriores de Remedy, es decir, pequeñas imágenes superpuestas y otras muchas veces con palabras que se muestran en la pantalla sobre lo que el propio Max está narrando y maldiciendo entre pensamientos.
Max Payne 3 es un videojuego violento, muy violento. Hay escenas donde podemos apreciar como desmembramos ciertas partes de los cuerpos de los enemigos, o como los disparos que realizamos se incrustan en sus cuerpos y en la cara dejando un gran rastro de sangre a su paso. Incluso cuando acabamos con el último enemigo la cámara se ralentiza y vemos una perspectiva de Max disparando al enemigo y podemos seguir disparando y observando como los disparos van destrozando al enemigo que
yace ya sin vida en una secuencia bastante espectacular y peliculera.
La jugabilidad de Max Payne 3 bebe mucho de sus anteriores entregas, pero como es lógico con mejoras bastante apreciables con movimientos mucho más suaves de nuestro protagonista, y con un sistema de coberturas como novedad en la saga que se hacía de algo imprescindible para superar las zonas repletas de enemigos dispuestos a rebanarnos los sesos y con una dificultad exigente para avanzar, pero ojo, que las coberturas son la mayoría destructibles y nos obligara a estar en constante movimiento para que no nos acribillen, lo que se hace imprescindible utilizar correctamente el Bullet-time para poder sobrevivir. El Bullet-time se implementa de manera muy sencilla, pulsando un botón se ralentizan todos los enemigos mientras tengamos algo de carga en la barra de Bullet-time, que a la vez se va recargando mientras ejecutamos y disparamos de manera más espectacular a los enemigos, es decir, los disparos en la cabeza, por poner un ejemplo, harán que la barra se recargue más deprisa para poder volver a utilizarlo. También podremos realizar un salto con bullet-time en cualquier dirección y así disparar mientras caemos al suelo, dejando una espectacular imagen en pantalla y que nos obligará a levantarnos por nosotros mismos, y perder un tiempo muy valioso y que podrán aprovechar los enemigos, por tanto, deberemos de elegir muy bien cuando utilizarlo. Cuando un enemigo nos elimina el juego nos da una última oportunidad mientras caemos al suelo a cámara lenta para eliminar al enemigo que nos ha quitado la vida, pero siempre y cuando tengamos analgésicos, ya que esta oportunidad nos quita un analgésico para utilizarlo, si conseguimos eliminar a nuestro verdugo, quedaremos en el suelo todavía muy expuesto al resto de enemigos y tendremos que levantarnos nosotros mismos y buscar una cobertura cercana para protegernos.

“Tendremos que aprovechar bien las coberturas para afrontar los tiroteos con éxito”
“En ese cementerio había más cadáveres sobre la tierra que bajo de ella”
Rockstar siempre ha sabido mimar cada detalle de todos sus juegos hasta casi rozar un nivel enfermizo, y con Max Payne 3 no es una excepción. Es toda una gozada ver como Max coge una escopeta o una ametralladora para la cual utiliza las dos manos para disparar y cambia a un arma de una mano como puede ser una pistola, Max deja esa escopeta o esa ametralladora en una de sus manos para poder disparar la pistola con la otra mano. No utiliza el típico movimiento de dejar el arma en la espalda, sin más, algo que al ojo resulta bastante notorio y agradable. El juego también nos deja unos extras que buscar y encontrar por los diferentes escenarios, como ciertos objetos que deberemos inspeccionar a modo de investigación o pistas donde Max nos narrará algo acerca del objeto que acabamos de encontrar y que tiene que ver con el objetivo que estamos buscando. También podemos encontrar partes de armas doradas, cuyo fin es completar las tres piezas de cada arma dorara distribuidas por los escenarios del capítulo y que hace que el arma cambie de color en nuestras manos.

“Las expresiones de Max están llevadas de manera espectacular y muy cuidadas, típico de Rockstar”
Decía Max Payne que: “Hay dos tipos de personas, las que se pasan la vida labrando el futuro y las que se pasan la vida tratando de reconstruir el pasado”. Max Payne como puedes sospechar no tiene pinta de ser del tipo de persona que se va labrando el futuro, básicamente porque no quiere estar en él. Vive en un mundo donde a cada paso que da la vida le golpea, y vuelve a encontrar otro motivo más para no seguir adelante, para volver a caer, para dejarse llevar de nuevo por el gusto a la bebida y a los antidepresivos. En Max Payne 2 The Fall of Max Payne lo expresa de manera excepcional, y dice que “El pasado es como un rompecabezas, como un espejo roto. A medida que lo vas recomponiendo te cortas, y tu imagen no deja de cambiar… Y tú, cambias también”. Cuesta encontrar tan solo un capítulo donde no veamos a Max con un vaso de alcohol en las manos, algo que refleja en todo el juego su frustración y sus pocas ganas de salir de ese círculo vicioso en el que se encuentra inmerso, una decepción tras otra decepción, así resume su vida. Una decepción que se refleja en la cara seria de Max, un hombre de pocos chistes y menos risas, que solo encuentra uno a la altura para hacérselo así mismo. Una cara de Max que está recreada con auténtica fidelidad y gran detalle en todas y cada una de sus expresiones, con un trabajo digno de elogio y muy bien recreado en su totalidad. Las expresiones de rabia, pena, frustración… se ven recreadas de manera muy realista. Como realistas son las animaciones de Max y sus caídas al suelo y los gestos que hace para levantarse, o los choques contra las paredes cuando no calculamos correctamente uno de los saltos con bullet-time, rebotando de la pared al suelo con unas físicas espectaculares de los escenarios, que se ven afectadas en los tiroteos con elementos que se rompen, como cristales, maderas, ordenadores o inmobiliario al que estamos disparando, podemos ver como los papeles de las mesas de una oficina saltan por los aires en mitad de un tiroteo impidiendo en parte la visibilidad, o como las balas se quedan impactadas en las paredes o en los propios enemigos, como hemos comentado antes, aunque yo siento sobre todo gran debilidad cuando veo el bullet-time de un disparo de escopeta, como esos perdigones a cámara lenta van impactando sobre las diferentes superficies es algo grandioso y que solo está al alcance de compañías como la propia Rockstar.

“Hay momentos que nos recuerdan a las primeras obras de Remedy, con momentos muy cinematográficos”
“No existen guías de como destruir demonios internos. Es algo que debes aprender hacer tú solo”
En el sonido es donde nos encontrábamos con una de las mayores trabas del juego, el juego nos llegaba con un buen doblaje en inglés y con unos subtítulos bien traducidos, pero con letras muy pequeñas y difícil de leer en la distancia, cuando estábamos acostumbrados al excepcional doblaje de las primeras obras de Remedy. Además, Max Payne es un juego que se presta muy bien al doblaje dado que hay muchas partes de reflexión de Max que no puede ser disfrutadas correctamente porque tenemos que estar leyendo para entender todo lo que pasa por su cabeza. El resto de los sonidos, como las voces de los enemigos, que entenderemos en mayor o menor medida puesto que en la parte de Brasil hablan en portugués, así como explosiones, disparos de las armas, cumplen de buena manera respetando un buen nivel en su conjunto.
Max Payne 3 fue una obra sobresaliente, con imágenes espectaculares dignas de las mejores películas de Hollywood. Rockstar no tuvo miedo de afrontar este reto, y como dice Max “Cuando un hombre sucumbe al miedo, ya no sirve para la batalla” y no solo supo mantener intacta la base jugable de esta emblemática saga, sino que consiguió mejorarla en muchos de sus aspectos con tiroteos muy dinámicos, tan divertidos como adictivos y una historia que te atrapa de principio a fin. El bullet-time no solo nació con el inicio de la saga Max Payne sino que es la seña de identidad de una saga que no podría verse de otra manera. Max Payne 3 es un videojuego violento y lleno de sorpresas, y uno de los mejores juegos que nos dejó la pasada generación de consolas. Solo queda armarnos de paciencia y pedirle a Max que aguante unos años más en abstinencia hasta su próximo videojuego. En definitiva, un auténtico IMPRESCINDIBLE.